Que lindo es reencontrarte con los que querés, revivir viejos tiempos y mientras tanto pasándola tan bien disfrutando de mates y de las sonrisas de ellos nuestro seres queridos que en el momento de tener que volver eso sea lo que afecte. Lo tranquilizante de haber viajado es la suma de lo ya relatado y más, sin contar que pude resolver un problema que de vez en cuando me atormentaba.

Lo malo de los viajes es tener que soportar 5 horas en una combi, o 6 horas en un colectivo, pero no hay mejor recompensa que estar con ellos y disfrutarlos de cada segundo. Pensar que tengo que volver es que lo de lo quiero olvidarme, quiero parar el reloj viviendo el presente mientras recordamos el pasado y dejando de lado del futuro.